jueves, 9 de enero de 2014

En el horizonte de mi mente se ha escondido el sol

Y otra vez lo comprendo. Mi rol no puede ser jugado por otra persona que no sea yo, ni existe quién pueda jugarlo para mí. Tal vez un día exisitó, pero vine a darme cuenta de ello demasiado tarde... y 'no hay nada peor que demasiado tarde', como dice Hank.
Tal vez, o ya a estas alturas más que tal vez, estoy casi segura de ello, habemos personas que nacimos para entregar, quizás porque dentro nuestro hay tanto que dar, que la fuente inagotable hace que únicamente tu puedas entregar y entregar... y recibir un poco, pero nunca recibir suficiente.
Siempre me equivoco, siempre creo haber encontrado la clave, la luz, el camino... y al final sólo logro darme cuenta de que quizás por el hecho de ser luz, no puedo encontrar la mía. Tal vez llamarme a mí misma luz sea un acto de absoluta arrogancia, pero a veces pareciera ser así. Es como haber nacido con un don que es inútil para tí, como poder concerder 3 deseos como el genio de la lámpara, sin poder concederte ni siquiera uno para tí. ¿Acaso será que debo encontrar el regocijo en regocijar a los demás? Quizás sea horrible de mi parte, pero ya no lo siento más. Necesito que alguna vez, por lo menos una vez, alguien me regocije sin esperar nada a cambio.
A pesar de todo, cuando junto todos esos corazones que me rodean de alguna manera puedo inventarme uno. Aun así, hoy es uno de estos días en que otra vez quiero tirar todo por la borda. Tal vez soy una malagradecida, o una inconformista, no lo sé, pero estoy cansada... cansada de buscar sin encontrar, cansada de encontrar y perder, cansada de creer que encuentro para al final, darme cuenta que no encontré nada. Abrir la puerta mágica, y que no haya nada.
Si tuviera el valor quizás terminaría con todo, pero no lo tengo. Aun me queda una persona por quien y para quien luchar, si no fuera por eso, podría finalmente liberarme de todo esto.
Hoy es una de esas noches, de esas que hace tiempo no tenía... esas en donde tu cerebro se apaga y tu corazón se silencia, esas noches donde en verdad parece no haber salida... otra vez la nada y yo bailaremos un vals bajo la luna, otra vez la nada y yo seremos uno.

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