jueves, 24 de mayo de 2012

Mayo

Todo lo que he creído, todo lo que he sentido, todo lo que he vivido. De un momento a otro el sonido de mi ventana temblando parece más real de lo que jamás ha parecido. Mi mente ya se ha cansado de crear y destruir realidades y fantasías; todo lo que he querido desde que mi memoria apareció está frente a mí y no puedo verlo, no puedo enfrentarlo, no puedo saber si es real. He agotado todos los recursos de mi mente perturbada para entrelazar cada acción y encontrar una respuesta, y eso me ha estado costando el cable que siempre cargo para permanecer sobre la tierra. "Aprende a soñar" decía mi madre; es un poco irónico que algo tan terrenal como la muerte se la haya llevado quizás donde, aunque a veces pienso que el lugar donde se encuentra ahora es en mis sueños... en ese mundo perfecto que me ha tomado años forjar dentro de mi cabeza y al que acudo por un poco de paz y alegría cada noche. Conversé con mi madre un par de horas (seguramente minutos en el mundo de los sueños) y me ha dejado en claro todo lo que siempre he sabido... me he transformado en un ser ermitaño tan lleno de miedos que eso me está costando mi conexión con el mundo terrenal. Luego de nuestra conversación volví a ahogarme dentro de ese hermoso y azulado mar que tan hermoso e íntimo me parece a veces; y una vez más escogí salir a la superficie y despertar. Cualquiera podría pensar que me estoy volviendo un tanto loca por creer que realmente mi mente es un mundo aparte de éste en el que convivo con tantos hermosos y extraños seres, sin embargo me parece más cómodo y correcto creerlo así.
Ni siquiera entiendo claramente el motivo por el cual estoy escribiendo ésto; sólo sé que esconder todo lo que estoy sintiendo me hace sentir como una bomba de tiempo. Siento un montón de palabras trabadas en mi garganta y a veces mi corazón parece intentar salir desesperado de mi pecho y enfrentar todo esta absurda situación que sólo un psiquiatra quizás llegaría a comprender. Ya hace un par de días he decidido que callar será mi mejor aliado en este momento y quizás en muchos otros; no me siento capaz ni quiero expresar absolutamente nada, por una vez en mi vida, escogeré el silencio por sobre la sinceridad.
Seguiré visitando mi perfecto mundo, ese que existe en mi cabeza desde hace ya mucho tiempo... me retiraré hasta lo más profundo de ese universo onírico el cual escojo como nuevo hogar y el cual es el culpable de todas las perturbaciones que me afectan en este aburrido y caótico mundo terrenal.